domingo 26 de julio de 2009
OLVIDO (Ramón de Almagro, argentino)
Tú puedes olvidar y los recuerdos
Se pegan a mi piel como un castigo
Tú puedes olvidar, yo sólo vivo
Añorando el querer que se ha perdido
Tú puedes olvidar y en cada noche
Mil vueltas siempre doy buscando olvido
Tú puedes olvidar, cómo quisiera
Olvidar como tú... sin un suspiro.
Se pegan a mi piel como un castigo
Tú puedes olvidar, yo sólo vivo
Añorando el querer que se ha perdido
Tú puedes olvidar y en cada noche
Mil vueltas siempre doy buscando olvido
Tú puedes olvidar, cómo quisiera
Olvidar como tú... sin un suspiro.
jueves 21 de mayo de 2009
CRIMINAL (Henrik Nilsson, sueco) Traducción de Ángela García
La poesía es criminal
No distingue lo tuyo de lo mío
está enmascarada y rompe las cámaras
tiene siempre varias vías de fuga
toma rehenes
siempre peligrosa, siempre en fuga
tiene su arma sin seguro
exasperada no tiene nada que perder
te fuerza a arrodillarte
maldice, prefiere la luz atenuada
es difícil de encontrar, pero siempre te encuentra
tiene dirección en el extranjero
mira siempre al lado
es la fugitiva
la que desaparece siempre por la puerta trasera
La poesía es criminal.
No distingue lo tuyo de lo mío
está enmascarada y rompe las cámaras
tiene siempre varias vías de fuga
toma rehenes
siempre peligrosa, siempre en fuga
tiene su arma sin seguro
exasperada no tiene nada que perder
te fuerza a arrodillarte
maldice, prefiere la luz atenuada
es difícil de encontrar, pero siempre te encuentra
tiene dirección en el extranjero
mira siempre al lado
es la fugitiva
la que desaparece siempre por la puerta trasera
La poesía es criminal.
jueves 14 de mayo de 2009
LA HERIDA DE MI AMOR SANGRA VIOLETA Y SE VUELVE NOCHE (Silvia Favaretto, italiana)
He construido sendas de sueños y suspiros
para que pudieras recorrer
el camino hacia mi centro…
¿Te habrás quizás ahogado en mi última lágrima?
Sólo dime, ¿tengo que buscarte allá afuera en las selvas del mundo
o es en el laberinto de mi ego que te has escondido,
disfrazada de duende?
Desmigajo la consistencia de mi esencia,
me hundo en la pulposa carne uterina
tragada por el recuerdo.
He perdido mis pies.
¿Cómo haré para buscarte en todas las ciudades?
Vagaré afrentada por la gente
que ha odiado nuestro amor,
vagabundearé como un payaso olvidado
hacia nuestro mar.
Sé que estás allá escondida,
en la panza de alguna caracola.
Lo sé porque es así que llegaste a mí.
Yo era dura concha bivalva,
mi coraza protegía
la blanda carne rosácea de mis sentimientos.
Grano de arena, entraste
por el pasaje que te dejé, distraída,
entre las dos valvas.
Tu mundo se volvió perla
en mi regazo.
Desde mi vientre resplandecías
como la estrella más bella.
Cuando tuve que entreabrir al mundo
mi dura coraza,
el mundo te vio tan linda,
que te llevó lejos de mi.
Ya no eres mía.
Eres del mundo.
Y brillas con la misma hermosura.
Mi cáscara te recluía
y te encerraba.
Ahora resplandeces allá afuera
y es lindo pensar que
reflejas la cálida luz del sol
y no sólo
el rosáceo centelleo de mis entrañas.
Pero yo me siento lo que soy o sea
una almeja vaciada de su tesoro y de su amor,
violada en su secreto,
con la carne herida por el cuchillo
que le arrebató su perla,
sola y cansada,
sacudida por las olas del mar
en la ribera.
para que pudieras recorrer
el camino hacia mi centro…
¿Te habrás quizás ahogado en mi última lágrima?
Sólo dime, ¿tengo que buscarte allá afuera en las selvas del mundo
o es en el laberinto de mi ego que te has escondido,
disfrazada de duende?
Desmigajo la consistencia de mi esencia,
me hundo en la pulposa carne uterina
tragada por el recuerdo.
He perdido mis pies.
¿Cómo haré para buscarte en todas las ciudades?
Vagaré afrentada por la gente
que ha odiado nuestro amor,
vagabundearé como un payaso olvidado
hacia nuestro mar.
Sé que estás allá escondida,
en la panza de alguna caracola.
Lo sé porque es así que llegaste a mí.
Yo era dura concha bivalva,
mi coraza protegía
la blanda carne rosácea de mis sentimientos.
Grano de arena, entraste
por el pasaje que te dejé, distraída,
entre las dos valvas.
Tu mundo se volvió perla
en mi regazo.
Desde mi vientre resplandecías
como la estrella más bella.
Cuando tuve que entreabrir al mundo
mi dura coraza,
el mundo te vio tan linda,
que te llevó lejos de mi.
Ya no eres mía.
Eres del mundo.
Y brillas con la misma hermosura.
Mi cáscara te recluía
y te encerraba.
Ahora resplandeces allá afuera
y es lindo pensar que
reflejas la cálida luz del sol
y no sólo
el rosáceo centelleo de mis entrañas.
Pero yo me siento lo que soy o sea
una almeja vaciada de su tesoro y de su amor,
violada en su secreto,
con la carne herida por el cuchillo
que le arrebató su perla,
sola y cansada,
sacudida por las olas del mar
en la ribera.
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